Lo sé, mantener tu casa ordenada cuando tienes hijos es una tarea realmente complicada, por no decir imposible. Cuando tienes hijos, se produce un antes y un después en tu vida, pero los efectos comienzas a notarlos a medida que van creciendo. Aquella cómoda preciosa que ya ha perdido por completo el color, las paredes relucientes que ahora parecen un mural grafitero o esa cocina que si le da por aparecer a Chicote por tu casa, directamente te la precinta.
No te sulfures, es normal y esto es así. Asúmelo, es la nueva normalidad en vuestra vida pero en concreto en tu casa. Te voy a contar como intento hacerlo yo, aunque no siempre es posible.
Te va a desbordar y es totalmente normal
A mí me pasa, llega un momento que veo tal cantidad de cacharros, desorden, trastos y suciedad que me dan ganas de ponerme a llorar. Mi marido (Papá Capotinas) tiene una máxima: “cierra la puerta de esa habitación y mañana la ordenamos en equipo” Y esto es verdad, cuando se trabaja en equipo y todos en casa ponen un poquito de su parte, las cosas salen mucho mejor, se termina antes y podemos relajarnos en el sofá diez minutos.
No es broma, si lo piensas bien, tienes la agenda llena de tareas diarias y no das a basto. Empiezas muy temprano con los desayunos y prisas para salir todos de casa, unos al trabajo, otros al cole, otros al bus y el más pequeño con los bibis. Es un estrés de narices ya a las 7 de la mañana. Intentas tomar el café, los cereales y el zumo todo a la vez para ahorrar tiempo mientras reflexionas: “Hace 10 minutos estábamos todos durmiendo plácidamente…”
Al mayor se le cae el Cola Cao, Papá no tiene una taza limpia y la que hay en el fregadero, tiene los cereales resecos desde ¡el desayuno de ayer! ¿Alguna vez has pensado la dureza que adquieren los cereales resecos en las tazas? Es increíble, ni el superglue.
Luego, las prisas por el baño, empiezan los lloros, las quejas y empezamos a discutir. Obviamente, comienzan los gritos y el estrés, cuento hasta 1.000 unas cuantas veces ¡pero vamos a perder el bus del cole! Justo a la hora de salir por la puerta, el mayor quiere coger todos sus coches, supongo que será por ese síndrome de la posesión, de esto es mío, me lo llevo…
Y los vecinos, creo que directamente piensan que esta una casa de locos
Cuando regresas a casa todo sigue igual
Intentas organizarte y te repites una y otra vez que intentarás hacerlo mañana mejor, pero no te castigues, la vida con niños pequeños es muy caótica. Y el que diga que no, miente. Bueno no, mejor dicho, no tiene hijos pequeños. Ellos son sólo niños y actúan de esa manera, por tanto tampoco podemos ser excesivamente duros con ellos ni pretender que sean igual de ordenados que nosotros. Hay que entenderlos no luchar contra ellos.
Regresas a casa quizá algo más sosegada pero te das cuenta que todo sigue igual y tienes todas las habitaciones completamente patas arriba. Mientras se bañan y se preparan las cenas, Papá Capotinas y yo comenzamos por las habitaciones del fondo y vamos recogiendo hacia atrás. Uno ordena y el otro va recolectando trastos, juguetes, ropa sucia, pañuelos con mocos, restos de galletas e incluso un trozo de pan. Alucinante. Por no hablar de las bolsas de basura en la terraza porque ayer a Papá, le dio pereza bajarlas…Hoy las ha bajado y en el ascensor un vecino le ha preguntado si lleva desde Navidad sin bajar la basura. Qué vergüenza, por dios.
Llegas a la cocina y no queda otra, poner lavadoras, tender y ponerte a fregar los cacharros. Pero rápido porque hay que sacarles, cena, cuento y pa‘ la cama.
Lo mejor de todo, es cuando ya tienes varias habitaciones ordenadas (incluidas las suyas), salen de la bañera cómo si de una corrida de San Fermín se tratase y oyes al fondo como están tirando todos los juguetes de nuevo, sacándolo todo, lanzando por el aire los cojines..Te quieres morir. Te empieza a entrar un calor…Ya van 3 veces que cuentas hasta 1.000

Mi solución al problema (o eso creo)
Puedes estar continuamente corrigiéndoles, riñéndoles y evitando que toquen nada, ni descoloquen, ni molesten, ni hagan ruido, en resumen privándoles de ser niños. Puedes dejarles una tablet o un móvil con videos de Youtube durante horas (con los riesgos que ello conlleva) o puedes utilizar mi método. Se ordena la casa uno o dos días a la semana. Por ejemplo, los lunes y los viernes. Nada más.
En esos dos días, se trabaja en equipo, no se desordena, ni se saca nada más que con lo que vayan a jugar. Se pone toda la casa en perfecto estado de revista y el resto de días de la semana dejas que la vida fluya y todo siga su curso. Total, ¿que más da 15 Playmobil que 45 en el suelo? relájate, disfruta un poco de todo, de la vida, de los niños y respira hondo. No hay solución, tienes que unirte a ellos y sobretodo tienes que ser feliz porque no puedes vivir con ese nivel de estrés durante los próximos 20 años.
Lo que hago al salir de casa es lo que dice Papá Capotinas, cierro las puertas, me olvido y me voy. Mañana será otro día y ya recogeremos el lunes o el viernes.
¿Y tú cómo te organizas? ¿Tu casa también es una casa de locos? Siento no ser el prototipo de madre maravillosa que sale con la casa ordenada en las revistas, pero es la que les tocó. Y cómo yo digo “hay que gastarme así” 🙂
Un besito,
Cris Rodríguez
– Mami fundadora y creativa de la firma de ropa para bebé hecha a mano capotinas.com –

¡Esto es un caos!
La verdad es que las niñas ya ordenan sus cosas cuando se lo decimos. A veces deciden sorprendernos y recoger todos sus juguetes. Pero el pequeño…. ¡no se le ocurre nada bueno! Yo no puedo hacer más y encima en mi estado (8 mese de embarazo).
Hay días que parece que ha habido una explosión nuclear de juguetes. No es que tengan muchos ¡es que están por todas partes!
Lo que suelo hacer es ponerles el temporizador del horno ¡jajaj! Tienen 30 min para recoger todo, cuando suene la alarma, lo que no esté recogido se da a cáritas, o se tira según el estado. Y vaya que si recogen. Además sirve para hacer un poco de criba, empiezan recogiendo lo que más les importa para asegurárselo. Y rara vez queda algo fuera de lugar.
Hay otra regla. No se saca nada sin haber recogido lo que sacaron anteriormente… pero esta regla casi nunca se cumple, sobre todo por el pequeño que con 4 años creo que es demasiado pedir.
Pero ya he decidido que sus juguetes los recogen ellos ya tienen edad y el pequeño pues irá aprendiendo poco a poco.
He conseguido que la mayor ponga su pijama debajo de la almohada por las mañanas. A ver cuándo el resto siguen el ejemplo.
Y suelen llevar sus platos al fregadero, eso sí que lo hace el pequeñajo, sorprendentemente.
En fin que cada uno se las arregla como puede. Pero lo mejor es, como dices disfrutar del día a día, que estos momentos son irrepetibles y se pasan rápido.
¡Hola Lucía!
Sí, eso mismo hacemos nosotros, tienen un tiempo para recoger sus trastos y lo que no esté recogido se tira a la basura, tal cual. Nunca hemos tirado nada, claro está, lo recogen rápido. El problema viene los domingos, cuando tienen todo tirado por casa y están un rato bien largo ordenando y recogiendo.
En fin, cómo bien dices, estos momentos hay que vivirlos, pasarlos y disfrutarlos muchísimo.
Un besito fuerte,
Muchas gracias por tu comentario,
Cris