Es una de las principales dudas que tuve cuando mi bebé empezó a crecer y se hizo mayor. Mientras dormía con nosotros en la cuna, no había duda, dormía sin almohada y tan divinamente. Ahora bien, cuando lo pasamos a su habitación y dejó la cuna para pasar a la cama me entró la duda ¿los bebés duermen con almohada o sin ella? ¿Cómo debe de ser la almohada del bebé?
Preguntamos a varios pediatras y no existe una respuesta universal, quizá cuando son muy pequeños todos te recomienden que duerma sin ella pero cuando empieza a crecer, lo dejan un poco en el aire, más a gusto de los padres y la comodidad del propio bebé.
La edad es clave
La inmensa mayoría de los pediatras nos aconsejaron que nuestro bebé no durmiese con almohada hasta que no cumpliese, como mínimo, los dos años de vida. Esto se debe a que por la noche, mientras duerme, podría estar forzando el cuello y la espalda, por tanto al estar creciendo y desarrollándose podría no ser aconsejable la utilización de una almohada.
Por eso, cuando cumplió los dos años y lo pasamos para su cama, instalamos una barrera de protección porque no para. Pero es que el tío duerme todas las noches contra la barrera de la cama, con unas posturas más propias del Circo del Sol que de un niño de tres años. Compramos una almohada de muy buena calidad, específicamente indicada para niños pequeños y la verdad es que duerme como un cesto, que decimos en Asturias.
Hay ocasiones en las que la almohada ni la toca porque prefiere dormir debajo de ella, o con los pies en la almohada y él totalmente retorcido, otras veces está totalmente destapado, vamos…un auténtico show. Eso sí, tras empezar al colegio, el aumento de actividad se va notando y cada día cae rendido en su cama para descansar. Apenas se mueve y le ves que al ser más mayor, descansa como nadie, sin moverse, bien tapadito y con la cabeza en la almohada.

Cómo debe ser la almohada
Esto es como todo, la que os vaya bien. No hay un estándar porque al final, no todos los colchones ni todas las almohadas son cómodas para todos, por eso tendrás que ir probando y quizá la primera que compres no le resulte cómoda. Eso sí, es vital que tenga funda lavable y que puedas meterla en la lavadora, porque cuando no son mocos, es vómito, baba o incluso pis. ¡Vete tú a saber! Todo es posible con estos pequeños. Mi recomendación es que compres a poder ser, dos almohadas con dos fundas distintas, ya que cuando se ponen malos lo primero que lavas son las sábanas, almohadas, edredones y mantas.
Hay veces que estás muy preocupada por si duerme mal o si estará incómodo y vas por la mañana a despertarle para ir al cole y te das cuenta de que la almohada está en la otra punta de la habitación. No te preocupes, es normal, tendemos a asustarnos y preocuparnos pero los niños son muchísimo más fuertes de lo que pensamos.
Cómo utilizar la almohada del bebé
A nosotros nos pasó al comprarle una de las primeras almohadas, que cuando la llevas para casa te das cuenta de que es excesivamente alta y el cuello le queda forzado hacia arriba. Por tanto, aconsejan comprar almohadas rectas y bastantes planas, específicas para ellos. No caigas en el error de pensar que tu almohada vale para ellos. No es así.
En muchas ocasiones, cuando tiene tos y mocos que no le dejan dormir, lo que hago es meterle un par de toallas dobladas debajo del colchón para levantar un poco la cama, favorecer la respiración y evitar que le venga esa tos horrorosa que no le deja descansar por la noche. Es un truco casero muy sencillo y básico pero ayuda.
Mi consejo principal es que antes de comprarle nada a tu bebé, preguntes previamente al pediatra y sobretodo que acudas a un establecimiento especializado en este asunto ya que es realmente importante.
¿Y tú cómo escogiste la almohada del bebé?
Cris Rodríguez
– Mami fundadora y creativa de la firma de ropa para bebé hecha a mano capotinas.com –

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