Se acerca el final del año y es hora de hacer balance de todo lo que nos ha deparado 2018. Con la navidad encima, te das cuenta de que cuando hay niños en casa, las cosas se viven de otra manera. Todo es alegría y emoción. Ilusión y mucha felicidad. Nada que ver a las navidades de solteros, que también estaban bien, pero se vivían de otra manera. La navidad es especial, es una época llena de magia y entusiasmo. A nosotros nos encanta, es quizá el momento más esperado de todo el año, porque seguimos emocionándonos como cuando éramos pequeños, con las luces, los turrones, los villancicos e incluso esos jerséis de reno que tanto molan. Las navidades con niños son increíbles.
Lejos de lo que podamos pensar, no sólo es una época para dar y recibir regalitos chulos, es una época para disfrutar en familia. Es un momento ideal para reunirse con aquellos primos que hace meses que no ves o ese sobrino que trabaja fuera de España y vuelve a casa por navidad. ¿Te suena verdad? A nosotros nos encanta salir a pasear por la calle, verlo todo iluminado y ver a la gente feliz y contenta. No existe otra época en todo el año, que se vea a todo el mundo caminar por la calle con esa cara de felicidad y alegría. Es como una sensación generalizada de bienestar.
Las fiestas y los turrones, mejor en familia
Es cierto que cuando les dan las vacaciones en el cole, todo se vuelve un poco caótico porque tenemos que trabajar, los horarios siguen siendo lo mismos pero los pequeños están todo el día en casa. Tienes que ingeniártelas para que no se aburran y poder organizar todas las fiestas con calma porque ya sabes…ellos quieren estar con papi y mami todo el rato. Y hay ciertas tareas que se hacen muuuuy difíciles, como por ejemplo las compras de última hora. Mamá Capotinas es más de ese estilo, dejarlo todo para el último momento y al final..¡lo encuentra todo! es increíble, tiene mucha suerte. Yo sin embargo, lo compro todo con unos meses de antelación y aún así…no me llegan a tiempo. No entiendo nada…
No sé si a ti también te pasa, pero a mi me encanta esa sensación de navidad, cuando entras en el portal de casa y huele rico. No sabes muy bien qué es, pero al final todo el mundo está cocinando y preparando comida muy rica para las fiestas. Se respira en el ambiente. Huele a navidad.
Sin lugar a duda, los que mejor lo viven son los más pequeños de la casa. Lo sienten de una manera muy especial, yo creo que están nerviosos desde que acaba el cole hasta que vuelven. Es un subidón enorme, no sólo por los regalos de Santa y Los Reyes, sino por las luces, las vacaciones, los juegos en casa y sobretodo el exceso de azúcar, con chuches, chocolate, turrones y demás mierdecilla…Vamos, que están en su salsa, disfrutando de lo lindo.

Los nervios de última hora
Como nos encanta tanto la navidad, todos escribimos la carta a Papá Noel y los Reyes Magos, ponemos las zapatillas debajo del árbol, leche y galletas para los viajeros del polo norte y el lejano oriente. Cuando se acercan las últimas horas, los nervios nos invaden y no podemos ni dormir siquiera. A las 7 de la mañana, te despiertan unos gritos que no son normales, te levantas como un sputnik pensando que la casa está ardiendo, especialmente teniendo en cuenta que te has acostado hace unas horas…¿Qué pasa? ¡Mamá! ¡Papá! ¡Ha venido Papá Noel y nos ha dejado un montón de regalos debajo del árbol! Corriendo, que apenas ves por dónde vas, te acercas y les ves más nerviosos que otro poco. Disfrutas como nadie, mientras desayunas tranquilamente y pasas un día maravilloso en familia ¿Se te ocurre algo mejor? A mí, sinceramente no.
Llega el día de la cabalgata y ya no se aguantan, están muy nerviosos, ya no pueden más y rompen a llorar. Están ahí, son ellos ¡Los Reyes! llevan todo el año portándose bien, comiendo las verduras porque los reyes están mirando y lavándose los dientes antes de ir a la cama, para que traigan todo aquello que han pedido ¡Y por fin! llegó el gran día. Es muy probable que hoy no puedan ni dormir, la noche se hace eterna, sueñan con levantarse y abrir los regalitos. Estos pequeños son increíbles. Aunque también es cierto, que en muchas ocasiones nos pasamos. Y me incluyo. Se les inunda de regalos entre una casa y otra, para que al final ya ni filtren. Sólo quieren abrir, abrir y abrir. Y realmente te das cuenta de que juegan con aquello más sencillo, lo más simple: Con el papel o la caja. Por eso, nosotros preferimos regalar otras cosas además de juguetes, como por ejemplo un ranita hecho a mano o una colonia infantil. Los juguetes están bien, pero…eso son. Juguetes. También los libros son un regalo chulísimo o aquellos juegos de mesa que nos encantaban cuando éramos pequeños, el quién es quién, operación, el monopoly etc.
Lo que está claro es que las navidades con niños son lo mejor. Porque no solo disfrutan los papás, también los abuelos, tíos, primos, etc. Es un momento único e inolvidable. A mí me gustaría que durasen uno o dos meses, ¡o todo el año!
¿Y tú como vives la navidad? ¿Eres más de papá noel o de los reyes magos?
Papá Capotinas
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