Han pasado varios años desde que tuviste a tu primer hijo y comienzas a vivir un poco mas relajada, a tener un poquito más de tiempo libre y a disfrutar de otra manera la vida. Cuando empiezan al cole y se van haciendo mayores, sientes que vuelves a tener el control de tu día a día y es justo entonces, cuando decides tener un segundo. Te voy a contar todo lo que habías olvidado tras el primer hijo. A mí me sucedió exactamente lo mismo.
Las noches sin dormir
Es algo que, si tuviste suerte con el primero, quizá no hayas sufrido. Hay niños que duermen relativamente bien y otros que hasta que no pasan 3 ó 4 años, no duermen de manera regular toda la noche. Ahora, con el segundo, toca despertarse sí o sí. Hay que darle de comer, cambiar el pañal, etc. Y quieras o no, cansa muchísimo.
No dormir toda la noche del tirón, despertarse a ratitos y sobre todo, no descansar afecta mucho a la vida diaria. A las relaciones, al trabajo…a todo en general.
Un punto importante con el segundo hijo, es que no despierte al mayor ya que entonces se puede montar la marimorena. Toda la casa despierta y al día siguiente hay cole y hay que ir a trabajar.
Los bibis y pañales
Sí, se te había olvidado por completo el tema de los biberones. El proceso agotador de esterilizarlos, comprar la leche, rellenar de agua, contar los cacitos, los baberos, etc. Por no hablar de los pañales y ese gasto ingente en algo que directamente va para la basura. ¿Pero como puede comer tanto? Piensas mientras rellenas otro bibi… Le acabo de cambiar el pañal y está hasta arriba otra vez…Piensas a las 3 de la mañana. En fin, esto es lo que habías olvidado tras el primer hijo. Y acabamos de empezar. Este proceso lo evitarás si le das el pecho.
La ropa sucia
Las montoneras de ropa se acumulan en el montón, ya sea ropa sucia o ropa limpia por planchar. Ahora sois cuatro en casa para todo, para comer, para manchar y a fin de cuentas. Para todo en general.
Especialmente con el bebé, verás como empiezan a escasear los bodys, la ropita limpia, los cubrepañales o los pijamas. Porque aunque parezca que no, se manchan mucho.
El montón de ropa que crece y crece sin parar…
La locura al salir de casa
Sí, esto es casi lo peor de la logística familiar: Prepararse para salir de casa. Piensa que ahora sois cuatro a la hora de ir a baño, ducharse, vestirse y prepararse. Con un poco de suerte, el mayor ya se vestirá sólo / a y eso ayudará algo en el proceso.
Antes, tardabas de media una hora en estar todos en la calle. Ahora, he llegado a tardar casi dos horas en arreglarnos y salir. En el coche entra todo justísimo y la verdad es un estrés enorme. Por eso, cuando vamos a algún sitio, intento que sea para, como mínimo, medio día. Hay que aprovechar el esfuerzo y el viaje ¿no crees?

Y lo que queda por venir
Porque aún no ha comenzado la etapa de los dientes, del empezar a caminar, etc. Es decir, todo esto no nos pilla de nuevas pero es cierto que nos habíamos olvidado en gran parte.
La memoria es selectiva y todo aquello que no nos gusta o nos produce dolor / estrés lo olvidamos rápidamente y nos quedamos con lo positivo. Por eso, las duras noches sin dormir las olvidamos tan rápido. Al menos, en mi caso. Y ahora, volver a vivirlas es duro. Muy duro.
Pero como os digo, me quedo con lo positivo de la maternidad, la crianza y lo maravillosos que son los hijos.
Cris Rodríguez
– Mami fundadora y creativa de la firma de ropa para bebé hecha a mano capotinas.com –

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